Nuevo Puesto

Me levante temprano para ir al Centro Comercial y aprovechar a los clientes madrugadores que van por las valiosas ofertas de la mañana. Así llegué hasta el lugar preestablecido desde antes cuando hice los amarres con la encargada del Centro Comercial y puse ahí, mi súper negocio, uno que alegraría la vida de todos los habitantes del mundo mundial. Eran tan, pero tan vitales los artículos que iba a poner a disposición del público, como una gota de agua en el desierto a al medio día durante la estación de Verano.

Puse una mesa plegable, una silla de playa y puse mis chucherias en venta.

-A esperar clientes.

Mientras comenzaban a llegar los clientes, me puse a escribir nuevos raps.

Estaba de lo más prendido escribiendo mi nuevo rap que seguro sería la sensación en festival Paocezco de la Amistad Amistosa, cuando una chica de cabello rojo así salida de la nada se aparece y me pregunta por mi mercancía. No se que idioma hablaba, pero dijo algo acerca de Dulces, lo que tenía en mi puesto no eran dulces hasta donde sabía, eran cosas embrujadas que le compre de remate a una bruja en el tianguis de Transilvania y Nueva León, ahí a la vuelta de donde compraba el Pan.

-¿Tres Euros? -mire intrigado la moneda, hasta donde recordaba se manejaban solo los Zenys, pero como dicen, dinero es dinero...-. Lo que usted desee joven damita.

Luego llego otra chica de cabello color chicle quien sabe de donde, le dijo algo a la pelos de zanahoria y se metió uno de los dulces embrujados en la boca y se lo comió antes que le advirtiera de sis efectos secundarios.

-Etto, señorita... ¿se encuentra bien?

Veía como la pequeña señorita junto a la de cabello rojo, me hablaba muy furiosa. No era mi culpa si se comían todo lo que dejaba en la mesa, mas si la mitad de las cosas que ponía, daban efectos secundarios y hasta terciarios. Según mi inventario, lo que se había comido la joven señorita no la iba a matar, pero luego de saber los resultados de lo que le iba a provocar, supongo que hubiera deseado en parte morir.

Tome la hoja y le hable tratando de tranquilizarla.

-Calmada joven damita, lo que comiste no te llevara a la camita, sin embargo te pondrá algo malita. Cada vez más y más jovencita, tu te volverás una niñita.

Y dicho y hecho, la joven pelirrosa, se volvía cada vez más y más joven, hasta que solo quedo una niña donde antes estuvo una señorita. La mujer de cabello rojo fuego estaba asombrada y parecía que encantada con lo que acababa de pasar.

-No se preocupe por la niña, señora. Ella regresara a la normalidad en unas pocas horas.

La joven señorita se había vuelto una niña ante los ojos de todos, la pequeña era la más asombrada. Bueno, no tanto, yo estaba aun más asombrado que las dos chicas juntas, no creía que algo de lo que me habían vendido, de verdad funcionara. Yo creí que solo eran chacharas sin importancia usadas para estafar.

-En verdad esa Bruja me vendió cosas reales -hable en voz alta sin darme cuenta-. Yo creía que solo me había estafado.

¡UPS!

Pero ya era algo tarde, al parecer las dos chicas había escuchado todo lo que dije. Ahora que haría para salvar mi pellejo, más que nada, si descubrían que no tenía la licencia que se requería para poner un puesto en la calle y vender.

Debía pensar en algo pronto, mi trabajo estaba en juego, La bruja me dijo que el efecto se iría en unas pocas horas, pero no creo que aquella "niña" quiera esperar 94 horas a que asara el efecto y volviera a su edad real.

Y se me ocurrió una idea.

-Recordé que tengo más chuches con otros efectos, tal vez uno ayude a nuestra joven amiga.

Iba a tomar el dulce de la pelirroja, cuando ese demonio encogido de cabello rosa se despertó y brinco sobre mi puesto, luego como toda una loca que la caracteriza, comenzó a tirar todos mis dulces al piso.

-¡Recógelos antes de que los bese el diablo!

Niña del demonio, como me daban ganas de darle unas buenas nalgadas, pero esa pelirroja me miraba con cara asesina. Mejor me aguante mis ganas de nalguearla y esperaría a ver como me vengaba de la enana pelo de chicle.

Ahora la mendiga niña me estaba tirando de la barba.

-Recordé que había una poción para eliminar cualquier tipo de maldición, estaba en un frasquito pequeño de vidrio.

Comencé a ver todos los chuches que la "niña malcriada" había tirado al suelo y luego de buscar un rato, vi la botella o mejor dicho, la mitad de ella. Al caer al suelo se había roto y su contenido se había derramado.

Vi que se acercó a mí una chica de lentes, me inquiete un poco cuando la vi coger uno de los dulces embrujados, pero me tranquilice al ver que lo dejo a un lado, supongo que no eran de su agrado y lo entiendo, se necesita un delicado y sofisticado paladar para amar los dulces de almeja en crema agría. La chica de lentes parecía guardarle cierto recelo a la pequeña pelo de chicle, ya que no dejaba de verla de reojo.

Luego se acercó a mí y me pregunto que pasaba.

-Pues, la malcria... digo, la niña que esta cargando la pelirroja en brazos, se subió a mi puesto y empezó a tirar todo en uno de sus berrinches.

Vi que la pelirroja me lanzó una mirada muy sería, como "sugiriendo" que le contara la versión extendida de lo que en verdad paso. así que decidí, contarle a la chica de lentes el trasfondo del asunto con la Chibi Rosa.

-Pues la chica de cabello rosa, llegó a mi puesto y así porque si, se metió uno de mis dulces embrujados en la boca y se lo trago. Luego se volvió una niña y ahora esta molesta conmigo por eso... Como si yo le dijera a la gente que venga a probar gratis lo que vendo.

Dios, ahora la pelirroja se había puesto molesta y acusaba con no solo hacer que me decomisen la mercancía, sino también me metan preso y hasta me extraditen a otro país. Pensé en escapar y dejar a las chica sola con la enana, pero supongo que si me iba corriendo, ella me seguiría. Y eso sería mucho más problemático si me atrapaba.

Además la chica de lentes estaba escondida detrás de mí.

- Sabe señorita, no debe enojarse tanto. Siempre hay esperanza.

Me agache y tome varias cosas de entre las que tiró la pequeña enojona. La mayoría no eran dulces, así que no iban a ser muy problemáticas como le paso a la pelos de chicle.

-Esto servirá -me acerqué a la "niña" y le coloque una pulsera en la mano, todas miraban intrigadas mi acción y se preguntaban que sucedería-. Es simple, esto ayudará temporalmente a la señorita.

Le pequeña creció o eso pareció. Aunque se veía que había recuperado su tamaño y que la chica de cabello rojo la cargaba en sus brazos a una adolescente como si nada. La chica en cuestión no notaba cambios, todo era solo...

-Es una ilusión, pero les servirá para engañar a sus amigos.

Me escapé de los brazos de Kushina y le di otra buena patada a la tomate que tenía forma humana. Luego salté y me agarré a la cadera de Kushina.
Al poco rato vi como el señor malo me ponía una pulsera, no me dio tiempo a preguntar cuando noté que estaba viendo las cosas más pequeñas. "¿Estaba creciendo?" me dije a mi misma, mientras me ponía una mano en la cabeza, rascándomela y la otra en la cintura. Luego miré a Kushina algo confusa con las palabras que estaba diciendo y de nuevo miré a Karin, a la que dediqué una mirada fría y soberbia. -Idiota, tomatona- Le dije mientras me escondía tras Kushina.

Veía las cosas que habían pasado, todo se desarrollaba de una forma que no esperaba. Al parecer se habían "encariñado" con la pelos de chicle en modo de niña y ahora que su cuerpo había vuelto a la normalidad pero su mente no, había una especie de desconcierto en cada una de las tres chicas, incluyendo la afectada.

-Pues es una ilusión, su mente seguirá como la de una niña, pero su cuerpo no -tome algunas cosas del suelo que había logrado rescatar-. Pero puedo arreglarla con algo de esto.

Miraba entre las cosas que tenía, varios dulces de transformación aun en su envoltura, una moneda inversa de los deseos, una llave para abrir corazones y revelar secretos ocultos, bandas para aumentar solo edad física, una caja de galletas de animales que convertían al que se los comía en el animal que representaba, unos cuantos anillos mágicos, más gomitas hechizadas y entre todo esos, lo vi cerca de la pierna de la pelirroja, el objeto más valioso e importante de todo.

Le di a la chica de lentes las cosas que salve, mientras me inclinaba y tomaba con delicadeza del suelo una cajita dorada.

-Creí que lo había perdido, este es el objeto más importante de todos los que tengo aquí... ¡Mi caja de Almuerzo!

La abrí rápidamente y saqué un Sandwiche, luego de comérmelo, volví a cerrar la caja y la deje a un lado.

-Listo, ahora si puedo pensar mejor.

Tome unas mentas y luego de comerme una, le brinde a mis nuevas "amigas". Pero como ninguna parecía confiar en mis cosas, simplemente me las comí todas.

-Mejor, más para mí... -luego escuché la pregunta de la chica a mi espalda-. El efecto de cada caramelo dura como 90 horas aproximadamente, un poco más, un poco menos. Por cierto, no estas interesada en cambiar esos viejos y feos lentes por este modelo más nuevo...

Saqué unos lentes de un estuche y en un abrir y cerrar de ojos, se los cambie a la chica detrás de mí.

-Ves, te quedan lindos y la cola y las orejas de gato que te salieron te combinan con la ropa -le mostré como se veía en el espejo con ellos-. Además están en oferta...

Imagen de Neko Karin

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