Compras Turísticas

Había decidido dar un paseo luego de tanta agitación para un día y que mejor lugar para entretenerse que el Centro Comercial, habían muchas tiendas, aire acondicionado, comida deliciosa y quizás un libro de mi autor favorito, Jiraiya.

-Creo que mirare un rato mientras decido que comprar -habían muchas cosas novedosas, pero solo quería matar el tiempo un rato-. Creo que iré a buscar algo de comer, ya hace hambre.

Subí al segundo piso y prácticamente frente a mí, la vi, a cierta chica pelirroja que vi anteriormente.

-Oh-oh -rápidamente me di a vuelta intentando no me vea y trate de escabullirme sin que ella me notara.

¡Kachin!

Me habían agarrado in fraganti. Lo peor, era la pelirroja de antes, la que se veía muy amenazadora y de la cal se sentía un aura asesina brotarle como Chakra maldito de cada poro del cuerpo.

-Ho-hola señorita Kushina -sonreí al ser girado hacia ella-. Como se encuentra usted hoy. ¿Hace un lindo día, verdad?

Trate de distraer la atención de Kushina con cualquier otra cosa, así no me preguntaría acerca de mi verdadera misión al haberle hecho todas esas jugarretas a ella y sus amigas.

Pero nada parecía entretenerla, entonces saqué mi carta de triunfo.

-¿Quieres un poco de Ramen, yo invito?

Parece que había funcionado, bien, la información que me habían pasado acerca de la pelirroja esposa del rubio, no era tan dudosa como yo creía. Pero vamos, que alguien de hasta su alma por un tazón de ramen... me parecía increíble.

-Claro, todo el ramen que puedas comer.

Ahora esperaba que la distracción del Ramen gratis fuera lo suficiente como para que Kushina, se olvidara de todo lo que paso y me personara, por todas mis travesuras de antes.

Esta pelirroja en verdad amaba el ramen con pasión, me arrastro hasta el puesto más cercano de ramen y al verla, sin siquiera preguntarla, le sirvieron un tazón de tamaño jumbo, como de 70 centímetros. Pensé que se trataba de algún tipo de reto de "coma el tazón en menos de 30 minutos y su cuenta es gratis", pero luego le sirvieron otros 3 iguales.

-¿Tienes pensado comer todo eso?

Fui testigo de como la pelirroja en menos de diez minutos, se devoro un tazón enorme de Ramen, para luego continuar con el siguiente.

-Dios, si sigue así me dejará en banca rota... -pensaba que hacer o que decir para evitar que mi "acompañante" me dejara sin dinero-. Y dime, que a sido de esas dos amigas tuyas...

Por lo menos Kushina había dejado de comer, aunque me había puesto en un predicamento un tanto difícil, como debía contestarle esa pregunta, más cuando me miraba con esos ojos tan expresivos que juraría podían ver toda mi alma,

-Esta bien, te diré todo aunque me meta en un problema luego. Pero jura que será un total secreto.

Esperaba a que Kushina aceptara mi condición, para hablar.

La miré a los ojos, parecía ser muy sincera. Dicen que en los ojos de alguien puedes ver su alma, yo vi mucha tranquilidad en los ojos de Kushina, lo que me aseguraba que podía confiar en ella, aunque mi misión era no decirles nada.

-Alguien cercano a ti y a tu familia, de alto rango, me mando a investigarte. El hecho de que aparecieren las otras dos chicas, fue coincidencia.

La pelirroja parecía interesarse en lo que decía, sin embargo, no dejaba de comer Ramen por nada del mundo. Sabía que esto me costaría caro... y no hablaba porque revelara información valiosa, sino por el costo del Ramen.

-Debía investigar que tan "controlada" tenías cierta parte de tí, por eso me enviaron a la hora y lugar predeterminado, por donde estarías y debía provocarte con todo lo que pudiera.

Esperaba ahora su reacción.

Parece que las declaraciones que le había hecho a Kushina, fueron incluso más de lo que yo imaginaba, su reacción era algo que ni yo esperaba. De verdad aquello era tan grave, no entendía bien la situación, yo solo acepte una misión porque estaba aburrido, incluso la paga no era tan buena.

-No puedo revelar el nombre de mi contratando original, lo siento.

Quería decirle, pero me encontraba atado de pies y manos. Intente tranquilizar a la pelirroja, pero era bastante difícil.

-Tranquilízate, se que suena grave, pero tienes algo de tu parte. Sabes que te están vigilando y puedes actuar con libertad mientras recuerdes eso, solo debes obrar con precaución...